
Limpieza de Pozos
El hielo seco limpia residuos en pozos y tuberías para evitar obstrucciones en el flujo de líquidos y gases, siendo la mejor manera de limpieza.
La limpieza con hielo seco se utiliza para eliminar los residuos y depósitos en las paredes de los pozos y en las tuberías de producción. Estos depósitos pueden incluir sedimentos, escamas, óxido y otros materiales que se acumulan en las paredes de los pozos y las tuberías a lo largo del tiempo. Si no se eliminan estos depósitos, pueden afectar la producción de petróleo o gas al obstruir el flujo de líquidos y gases.
La limpieza con hielo seco utiliza pequeñas partículas de hielo seco que se proyectan a alta velocidad a través de una pistola de chorro seco. Cuando estas partículas de hielo seco entran en contacto con la superficie, se produce un cambio rápido de temperatura, lo que hace que el depósito se agriete y se desprenda de la superficie. Las partículas de hielo seco también se subliman en gas de dióxido de carbono al entrar en contacto con la superficie, lo que significa que no dejan residuos adicionales.
Además de ser más efectiva que otros métodos de limpieza, la limpieza con hielo seco también es más segura y sostenible. A diferencia de la limpieza con chorro de arena o la limpieza química, no se producen residuos peligrosos ni se emiten gases tóxicos durante el proceso de limpieza, lo que significa que la limpieza con hielo seco es una alternativa más segura y respetuosa con el medio ambiente.
En resumen, el uso de hielo seco en la limpieza de pozos es una técnica más segura, efectiva y sostenible que otros métodos de limpieza. Al utilizar pequeñas partículas de hielo seco a alta velocidad, se eliminan los residuos y depósitos de las paredes de los pozos y las tuberías de producción, lo que permite un flujo de líquidos y gases sin obstrucciones y, por lo tanto, una mayor producción.
CÓMO PROCEDER A LIMPIAR UN POZO CON - Hielo Seco -
El proceso de limpieza de un pozo con hielo seco puede variar dependiendo de la situación específica, pero en general, los pasos básicos para limpiar un pozo con hielo seco son los siguientes:
- Preparación: Antes de comenzar la limpieza, se debe inspeccionar el pozo y preparar el equipo de limpieza. También se debe asegurar que el pozo esté ventilado adecuadamente y que no haya riesgo de explosiones o incendios.
- Proyección de hielo seco: El siguiente paso es la proyección de hielo seco en las paredes del pozo y las tuberías. Se utiliza una máquina de chorro de hielo seco para lanzar pequeñas partículas de hielo seco a alta velocidad. El hielo seco se sublima al entrar en contacto con la superficie, lo que significa que no deja residuos adicionales.
- Eliminación de residuos: A medida que se proyecta el hielo seco, se van eliminando los residuos y depósitos de las paredes del pozo y las tuberías. El hielo seco agrieta y despega los depósitos, lo que permite su eliminación.
- Inspección final: Una vez que se han eliminado todos los depósitos, se debe hacer una inspección final para asegurarse de que todas las paredes del pozo y las tuberías están limpias. Si es necesario, se pueden realizar pasos adicionales de limpieza para eliminar cualquier residuo restante.
- Cierre: Finalmente, se debe limpiar el equipo y cerrar el pozo de manera segura.
Es importante recordar que el proceso de limpieza con hielo seco puede ser peligroso y debe ser realizado por un equipo capacitado y experimentado en la técnica. Además, se deben seguir todas las normas de seguridad para evitar riesgos para los trabajadores y el medio ambiente.
En todo este proceso, el hielo seco, se expande y aumenta 700 veces su volumen, produciendo una EXPLOSIÓN que levanta y desprende la capa residual del fondo del pozo.
El hielo seco en contacto con el agua burbujea intensamente a medida que se va sublimando. La intensidad depende de la transferencia de calor desde el agua al sólido.
El hielo seco es efectivo para producir un buen arrastre de finos y detritus que colmaten el acuífero, tanto en acuíferos consolidados como no consolidados.
El CO2 disuelto en el agua proporciona cierta acidez al agua, ayudando a poner en solución carbonatos.